El mundo de las emociones es mucho más complejo de lo que os voy a escribir aquí. Así que antes de empezar quiero aclarar que este post solo ofrece una pincelada, un esbozo que compartir contigo con la intención de introducir en la vida un punto de partida en la gestión emocional.
Si te interesa, si quieres profundizar en tu interior, yo recomiendo una dosis experimental de inteligencia emocional. En particular con Yolanda Cañizares, una profesional fantástica con la que aprendí muchísimo y a la que sigo teniendo presente después de tanto tiempo.
Voy con el post
Conocer las emociones y su significado es el primer paso para avanzar en la gestión emocional. Se trata de tomar conciencia sobre nosotros mismos, autoconocimiento en estado puro.
Como te comenté en otro post, no hay emociones buenas ni malas, (esto es una creencia limitante), simplemente nos ofrecen información. Además cumplen las siguientes funciones: son una señal para nosotros mismos y para los demás, nos preparan para la acción, vigilan el estado de nuestras relaciones y evalúan si las cosas nos van bien.
Decidir como actuar frente a la señal es la clave. Acuérdate que el cerebro emocional procesa y recupera hechos unidos a emociones. (dinosaurio+miedo)
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También me parece importante destacar, que aunque habitualmente identificamos emoción con sentimiento, no es lo mismo. Una emoción + un pensamiento asociado = sentimiento.
Por tanto, hay que tener en cuenta que el pensamiento le da perspectiva y sentido a la emoción. Y además que estos pensamientos asociados, son aprendidos y dependen de nuestra experiencia vital, por tanto son de cada uno.
Si os nombro la vergüenza, para cada uno tiene un significado diferente, asociado a una experiencia pasada propia que generó un pensamiento propio. Cada uno posee su mapa.
Pensando en la vergüenza: ¿qué tanto por ciento le atribuirías a cada emoción? En mi caso:
Emoción + pensamiento = sentimiento
Miedo 40
Tristeza 15
Asco 2 Enfado 15
Alegría 0
Sorpresa 0
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+ cuando respondo mal a una pregunta, pienso que soy tonta y los demás también.
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= vergüenza
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La explicación es que supongo que en algún momento de mi vida, en el colegio, en casa o donde fuera, tuve una experiencia desagradable que me produjo guardar esta emoción y está situación en pack. Y posteriormente, cada vez que me equivocaba, sentía vergüenza y me venían estos pensamientos unidos a la tristeza y al enfado.
¿Cómo es para ti? ¿Lo asocias a una situación parecida? ¿O tal vez al ridículo de una caída? O tal vez a… ¿Y cómo son tus tantos por ciento?
Pero....me encanta dar buenas noticias y voy a darte una exclusiva buenísima, ¡¡los pensamientos podemos cambiarlos!!! Si, si! Es posible cambiar aquello que construiste en el pasado, generando un nuevo pensamiento más acorde con tu vida actual.
¡¡Podemos reprogramarnos!! Yo lo he hecho gracias a IE y PNL.
Siguiendo con mi caso, ante una situación de responder equivocadamente, y sentir vergüenza, ya no pienso “qué tonta”, sino “me equivoqué, me da lo mismo lo que puedan pensar porque todos nos equivocamos, ya he aprendido algo nuevo.” Y además mis tantos por ciento también han cambiado.
Miedo 2
Tristeza 10
Asco 0
Enfado 10
Alegría 0
Sorpresa 70
Yo decidí el significado que iba a tener vergüenza para mí.
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En resumen, es necesario integrar el corazón y la cabeza para gestionar nuestra vida con consciencia, tomando las riendas y remando hacia donde hayamos decidido.
Nos sentiremos mejor, más satisfechos, más liberados.
En definitiva ¡más felices!
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