El coaching se ha puesto de moda, es así. Encontramos coachs en los programas y series de tv, en las empresas, y hasta he visto programas de autocoaching. Ok, está muy bien que se difunda el coaching pero señores y señoras no todo es coaching.
¿Qué es y qué no es?
El coaching no es terapia, ya que no se profundiza en el pasado de las personas ni se pretende resolver problemas o patologías. El coaching se centra en el presente del cliente orientándose al futuro.
La formación es otro tipo de disciplina donde se transmiten contenidos y donde el alumno integrará los que más le interesen. En el coaching es el cliente quien aprende de sí mismo descubriendo áreas que ni imaginaba.
En definitiva, el coach utiliza una metodología a la carta del cliente, por eso cada proceso es único y distinto de los demás. El cliente establece sus objetivos, los temas y profundidad que quiere alcanzar y respondiendo a las preguntas que le hace el coach, irá abriendo su campo de visión, se hará consciente. Encontrará su motivación y también sus limitaciones y lo más importante, como superarlas.
El coach propicia la aparición de soluciones y estrategias por parte del cliente, sin juzgar ni opinar. El coachee se compromete a llevar a término su plan de acción obteniendo mayor desarrollo de sus fortalezas y siendo el responsable de cada triunfo
Salta!
El coaching me parece fascinante y espero no haberos aburrido, pero me parecía importante aclarar y diferenciar coaching y otras disciplinas para que cada uno pueda saber y elegir que es lo que más le conviene.
Depende del momento de cada persona, del tiempo del que dispone, de las necesidades personales y profesionales, del grado de implicación, de sus expectativas, y un largo etc.
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