lunes, 20 de octubre de 2014

coaching para adolescentes

El viernes pasado comenzó la nueva temporada de Hermano Mayor con Pedro García Aguado. Seguro que a todos os resulta familiar bien por haberlo visto anunciado o por haber visto algún episodio, pero por si alguien va despistad@ es un programa que busca apoyar y redirigir la conducta de chavales que atraviesan un estado conflictivo en edad adolescente. 

Yo soy fan del programa y lo veo cada viernes. Y aunque presentan momentos duros al mostrar imágenes del maltrato que los chavales dan a sus familias, a su entorno y a sí mismos, Pedro y su equipo consigue reconducir a los chic@s, hacerles conscientes y responsables de sus actos, y la importancia que tiene el cambio de sus conductas. Me encanta ese momento final, la reacción que tienen al verse en imágenes. Es una reacción mezlca de vergüenza, enfado, tristeza, un montón de emociones desagradables por haberse comportado como lo han hecho. Emociones reales, que me permiten observar la veracidad del cambio que están realizando. Y por ese motivo debe ser al final cuando se vean, cuando ya no hay excusas, ni muros a su alrededor.


Obviamente, el perfil de estos chic@s no es el perfil de todo adolescente, ni el de nuestr@s hij@s, y por supuesto nuestra realidad no es la del programa, pero si hay dos puntos en común. 
- todos los chavales atraviesan esta etapa fundamental en su vida, 
- todos los padres debemos reconfigurar nuestro rol educador hacia uno de apoyo.




La etapa adolescente es una etapa de cambios físicos, emocionales y conductuales, que se caracteriza por la rebeldía, la necesidad de romper las normas que hasta entonces han servido, para crear unas nuevas y válidas para cada uno. 
Todos, en mayor o menor medida hemos pasado por esta etapa. ¿Te acuerdas? ¿no? Te invito a que desempolves el albúm de fotos de esos años, seguro que te viene a la cabeza un momento tuyo de rebeldía. 

Y en esta etapa la figura adulta-paterna, ya no es una figura de control, ni de orden, ni de autoridad, ha dejado de ser un papel de educador, porque el trabajo de educación, de explicarles lo que está bien y lo que está mal, de cómo se hace esto o aquello, o la importacia de los valores, todo esto queridos amigos, ya está hecho. Nuestr@s hij@s ya han interiorizado toda esa información, ya no quieren oirla más, ni tampoco lo necesitan por que nos hemos pasado los años anteriores diciéndoselo, así que ya lo saben, aunque parezca que se les haya olvidado de repente.

A partir de la etapa adolescente el rol del padre se transforma en un rol de apoyo, que escucha sin opinar, que opina sin imponer, que ofrece ayuda tendiendo la mano y no agarrando la mano. Es necesario dejar espacio al adolescente observandole en la distancia y apoyándole. La adolescencia es el principio del ser adulto, y por eso debemos empezar a adaptar nuestra relación con ellos. 
Y sino ponte en su lugar. Ponte en tu posición de hij@ y mira a tus padres. ¿Acaso tu mantienes la misma relación con tus padres cuando eras un niño a cuando eras un adolescente? ¿Y ahora? ¿a qué esa relación sigue evolucionando según pasan los años?
Nuestr@s hijos nos va a seguir necesitando, pero de otra forma.  

 
Pinterest

Contar con una persona externa ayuda a que la relación de los adolescentes mejore, ya sea con sus padres, con los estudios, con sus amigos. 

Como sabéis estudié psicología, ciencia que defiendo al 100%, pero sin embargo, para estos casos, la figura del coach me parece mucho más positiva y eficaz, en el caso de que no exista ninguna patología, por su puesto.
Ofrecerle al adolescente una visita a un psicólogo, puede resultarle poco atractiva

Sin embargo proponerle la realización de una sesión con un coach, con un entrenador de vida, tiene un atractivo interesante que va a ayudar a que acceda. Podrá equipararse a los grandes deportistas y equipos deportivos que cuentan con uno en sus filas, y también con sus padres que probablemente hayan tenido una charla, un seminario, o un profesional en plantilla. Nuestr@ adolescente que está entrenando para ser adulto, puede contar con un coach, lo que le va a resultar estimulante, sintiéndose importante y adulto.


El coaching para adolescentes es beneficioso porque les va a ayudar a reflexionar y tomar decisiones con consciencia. Consigue que se hagan responsables de sus objetivos y se comprometan con las acciones para conseguirlos, siempre por ell@s mism@s. Les va a apoyar en su desarrollo emocional que tiene tantos altibajos, fundamentando una fuerte base de autoestima y seguridad.
Les va a preparar a afrontar su vida adulta, que como todos sabemos tiene momentos de flores y momentos de cardos borriqueros.

Los procesos de coaching son procesos de entre 1 y 6 meses de duración, en función del objetivo y de la persona, y las sesiones pueden espaciarse cada 10 o 15 días, según la comodidad del cliente. 
El coaching para jóvenes está indicado en chavales a partir de 17 años, considerando los 16 según su nivel madurativo. 

Si quieres ayudar a tu hij@, solo tienes que ponerte en contacto conmigo. En la primera sesión nos conoceremos y podrás valorar si es lo que necesitas.


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